El Darién |
por Bartolo de Jesús González
La vuelta por México es una ruta migratoria que ha ganado notoriedad en los últimos años, especialmente entre los ciudadanos de la República Dominicana. Esta travesía implica un viaje peligroso a través de varios países de Centroamérica, con el objetivo de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos y, finalmente, ingresar a territorio estadounidense de manera ilegal.
El viaje comienza generalmente en la República Dominicana, desde donde los migrantes se dirigen a países como El Salvador, Honduras y Guatemala, antes de llegar a México. Durante este trayecto, los migrantes confían sus vidas a los "coyotes", traficantes de personas que prometen guiarlos a través de la ruta a cambio de sumas significativas de dinero. Sin embargo, el camino está plagado de peligros, incluyendo el riesgo de ser víctimas de extorsión, secuestro, y violencia por parte de grupos criminales.
El Cobro de Piso: Una Extorsión Imparable
El "cobro de piso" es una práctica de extorsión que ha alcanzado niveles alarmantes en México. Este fenómeno implica que grupos criminales exijan pagos a negocios, albergues de migrantes y otros establecimientos a cambio de "protección". Durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, esta práctica ha crecido un 45.3%, con más de una extorsión reportada por hora entre enero y abril de este año.
Directivos y coordinadores de refugios en Tijuana han denunciado públicamente el acoso, infiltraciones del crimen, extorsiones y amenazas de muerte que han recibido. Por ejemplo, el Pastor Gustavo Banda Aceves, director del albergue Embajadores de Jesús, y Susana Barrales, coordinadora de La Casita de Unión Trans, han sido víctimas de amenazas y extorsiones.
Un Llamado a la Precaución
A nivel internacional, es crucial que las personas comprendan los riesgos asociados con la "vuelta por México". Aunque la desesperación por mejorar las condiciones de vida puede ser abrumadora, embarcarse en esta peligrosa travesía puede tener consecuencias impredecibles y lamentables. La violencia, la extorsión y los peligros inherentes a este viaje no deben ser subestimados.
Es vital buscar alternativas seguras y legales para migrar y mejorar las condiciones de vida. Las organizaciones internacionales y los gobiernos deben trabajar juntos para ofrecer soluciones que protejan a los migrantes y reduzcan la necesidad de recurrir a rutas peligrosas. La seguridad y la vida de las personas deben ser siempre la prioridad.
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