En La Independencia de la República Dominicana, participaron mujeres valientes que, en diversos roles, aportaron significativamente a este proceso histórico. A continuación veremos una lista de estas mujeres virtuosas. Dale a la flecha de navegación, y empecemos.
Manuela Díez Jiménez: (Acción antes y durante la independencia). 26 de junio de 1781, El Seibo. Madre de Juan Pablo Duarte, influyó en la formación patriótica de su hijo y lo apoyó en sus ideales. Participó activamente en las labores de los trinitarios, ayudándoles con recursos y refugio. Vendió parte de sus propiedades para financiar las actividades independentistas. Su nombre es sinónimo de abnegación y sacrificio maternal. En su honor, se realizan actos conmemorativos en El Seibo.
María Trinidad Sánchez: 16 de junio de 1794, Santo Domingo. Fue una activista clave en la confección de la primera bandera dominicana, ayudó a transportar armas y documentos para los Trinitarios. Asistió al baluarte de El Conde la noche del 27 de febrero de 1844 cundo se proclamó la fundación de la República. Fue la primera mujer mártir de la independencia, fusilada el 27 de febrero de 1845 por negarse a delatar a sus compañeros. Su nombre honra una provincia del país y varias calles en diversas ciudades.
Concepción Bona: 6 de diciembre de 1824, Santo Domingo. Dos años antes de su nacimiento, se había producido la ocupación haitiana, por lo que nuestra heroína Concepción Bona, creció bajo la mácula de la intervención extranjera. Participó en la confección de la primera bandera junto con María Trinidad Sánchez. Colaboró con los Trinitarios desde joven. Concepción tenía apenas 19 años cuando participó en el diseño de la bandera. Varias escuelas y avenidas en la República Dominicana, llevan su nombre.
Josefa Antonia Pérez (Chepita): 2 de marzo de 1788, nació en Santo Domingo. No es posible escribir o hablar de la Independencia Dominicana sin mencionar su nombre. Fue la depositaria de la confianza del Padre de la Patria y por tanto, la primera en enterarse de los propósitos revolucionarios del patricio. En su casa se fundó la Sociedad Secreta La Trinitaria. Colaboró como mensajera y protectora de documentos secretos de los Trinitarios. Era una de las mujeres más confiables para los Trinitarios debido a su discreción y lealtad. Su nombre es menos conocido, pero su valentía sigue siendo reconocida por historiadores.
Rosa Duarte: 28 de junio de 1820, Santo Domingo. Hermana de Juan Pablo Duarte, fue cronista y archivista del movimiento independentista. Junto a sus amigas, participó en las obras teatrales que se presentaban en el edificio de la Cárcel Vieja, situado al lado del Palacio de Borgellá, frente al Parque Colón, desde las que se creaba conciencia sobre la causa independentista. Preservó documentos importantes para la historia dominicana. Fue exiliada junto a su familia tras la independencia, lo que no le impidió continuar apoyando la causa dominicana. Su nombre adorna instituciones educativas y culturales.
Ana Valverde: 1798, Santiago de los Caballeros. Fue una activista dominicana que participó en la gesta independentista de 1844 contra la ocupación haitiana, fabricó balas (proyectiles) para la independencia, aportó recursos económicos para la separación y el fortalecimiento de los muros que reforzaron la ciudad y posteriormente participó en las guerras de la Restauración. Su memoria es reivindicada por historiadores dominicanos.
Juana Saltitopa (La Coronela): Nació en La Vega, Fallecida en 1860. Participó directamente en las batallas, apoyando la logística militar y atendiendo a los heridos. Cargaba armas en su falda para suplir a los combatientes independentistas. Cuando los cañones se secaban, iba al río a buscar agua, gesto que mantenía en alto la moral de la tropa. Su gran coraje le valió que sus compañeros la apodaran La Coronela. Fue asesinada en el camino de Marilópez, en las afueras de Santiago, mientras regresaba de un viaje a La Vega. Su figura representa a la mujer valiente y combativa; una calle en Jarabacoa y otra en el centro de la capital, lleva su nombre.
María Baltazara de los Reyes: 1798 - 1867. Colaboró moral y logísticamente con las tropas independentistas. Es conocida por haber ocultado a Juan Pablo Duarte mientras era perseguido por hombres del ejército haitiano y por haber sido la primera mujer en tomar armas en la guerra de independencia el 27 y 28 de febrero de 1844. Fue quien idealizó el frente de marinos para que el ejército hatiano no pasaran de Azua y Santiago y no llegaran a las costas de la capital. Es recordada en la historia oral de la independencia.
Filomena Gómez de Cova: Nació en Santo Domingo en el año 1800. Apoyó las luchas de los trinitarios, brindándoles refugio en su hogar y colaborando en tareas logísticas para las tropas independentistas. Era conocida por su habilidad para ocultar mensajes en objetos cotidianos, logrando evadir la vigilancia de las autoridades haitianas. A esta mujer se le debe la osadía de traer con ella desde Caracas la filoria, esta flor sirvió de símbolo distintivo a las jóvenes partidarias de la causa independentista, las cuales exhibían con orgullo en sus cabelleras, en un ojal de sus vestidos o en el pecho. Asimismo, los próceres portaban esta blanca flor sobre el corazón durante los días memorables de la Trinitaria. Su labor es recordada como un símbolo de resistencia y solidaridad femenina en la independencia.
Micaela Antonia Rivera de Soto: Nació en Hincha, 5 de julio de 1785 y murió en El Seibo, 12 de diciembre de 1854. Fue la primera dama de la República Dominicana durante las presidencias de Pedro Santana. Fabricó cartuchos para los soldados dominicanos en la primera guerra de independencia. Colaboró de manera económica con la compra de los buques que defendieron la costa quisqueyana y asistió a los heridos de guerra acompañada de su hija. Fue capturada en una ocasión por las autoridades haitianas, pero nunca reveló información sobre los independentistas. Su valentía se rememora en actos patrióticos en la región sur del país.
Froilana Febles Rivera: El Seibo, 1814 - El Seibo, 29 de julio de 1888. Fabricó cartuchos para los soldados seibanos que vendrían a formar parte del ejército que derrotó a los haitianos en las primeras batallas de la independencia dominicana. Febles sacrificó sus prendas y sus haberes para la compra de los primeros buques que debían formar la flotilla nacional, encargada de la defensa de las costas dominicana en 1844. Proveía víveres y ropa a los combatientes de la Batalla del 19 de marzo en Azua, arriesgando su vida para garantizar el suministro a las tropas. Su familia entera se involucró en las luchas independentistas, consolidando un legado de heroísmo. Es recordada como una heroína de la región sur por su valentía y entrega a la causa patriótica.
Rosa Montás de Duvergé: Nació en 1813, en San Cristóbal. Sienpre estuvo apoyando y colaborando con su esposo, el General Antonio Duvergé Duval, un general dominicano, considerado como una de las figuras más relevantes durante la Independencia de la República Dominicana. Apoyó directamente a Juan Alejandro Acosta y los trinitarios en labores de espionaje y transmisión de información clave. Confeccionaba prendas para las tropas dominicanas y era experta en esconder armas en envíos de textiles. En diversas ocasiones, utilizó sabanas de su propiedad para vendar a los heridos del ejército libertador en los campos de la zona sur. San Cristóbal honra su memoria como una de las grandes mujeres que apoyaron la gesta independentista.
Rosa Bastardo de Guillermo: (1819-1881), nació en Neyba. Contribuyó con parte de sus ganados al racionamiento de las tropas que libraron la última campaña contra Haití. Organizó grupos de mujeres para preparar alimentos y curar a los heridos tras las batallas. Su hogar fue utilizado como hospital improvisado durante las luchas en la región suroeste. Su legado se celebra en Neyba como una pionera en el cuidado de los combatientes patriotas.
María de las Angustias Villa: Nació en La vega en 1814. Proporcionó recursos económicos y refugio a los trinitarios en momentos críticos de la lucha. Opedó en su casa a Juan Pablo Duarte cuando este visitó La Vega a fines de marzo de 1844. Tuvo un papel digno y decoroso de vanguardia en el nacimiento de la República Dominicana. Tambien en su casa se refugio Juan Evangelista Jiménez cuando visitó El Cibao con motivo del manifiesto de enero de 1844. Igualmente se hacían reuniones de los febreristas. Es recordada como una benefactora clave en los momentos más difíciles de la causa independentista.
María de Jesús Pina: (Acción después de la independencia). Nació el 25 de diciembre de 1828 en Santo Domingo. Trabajó en preservar los valores de la patria y educar sobre los ideales de la independencia. Consagró sus energías a la enseñanza, en una escuela de primeras letras fundada por su hermano, el trinitario Pedro Alejandrina Pina, en su propio hogar. Organizó actividades culturales que mantenían vivo el espíritu patriótico en las generaciones posteriores. Varias instituciones educativas en el país llevan su nombre como reconocimiento a su dedicación.
Ercilia Pepín: (Acción después de la independencia). 7 de diciembre de 1886, Santiago. Aunque posterior a la independencia, dedicó su vida a preservar el legado patriótico. Fue la primera mujer dominicana en dirigir una escuela pública. Primera educadora en promover el Día de Duarte.
La historia de las mujeres que lucharon por la independencia es un testimonio profundo de su valentía, determinación y amor incondicional por la libertad. Estas heroínas, frecuentemente invisibilizadas en los relatos tradicionales, desempeñaron roles cruciales no solo en la resistencia y lucha armada, sino también en la sostenibilidad de la moral y la cultura de sus pueblos en tiempos de adversidad. Reconocer sus sacrificios y contribuciones no solo nos permite honrar su memoria, sino también inspirar a futuras generaciones a continuar su legado de perseverancia y justicia.
Educación y Difusión: Incorporar sus historias en el currículo escolar y académico para asegurar que las nuevas generaciones conozcan sus aportes. Monumentos y Memoriales: Erigir monumentos y memoriales en sus honor en lugares públicos importantes. Eventos Culturales: Organizar conferencias, seminarios y eventos culturales dedicados a estas mujeres para mantener viva su memoria. Publicaciones y Documentales: Promover la creación de libros, documentales y artículos que cuenten sus historias y destaquen sus logros. Redes de Investigación: Fomentar la investigación académica y la colaboración internacional para descubrir y divulgar más información sobre estas heroínas.
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