Eusebio Manzueta nació en Yamasá, Monte Plata, hacia 1823, hijo de Antonio Encarnación Manzueta y María Ramírez. Desde temprana edad, se destacó por su valentía y liderazgo, características que lo llevaron a jugar un papel crucial en los momentos más decisivos de la historia dominicana.
Participación en la Independencia Nacional
El 27 de febrero de 1844, Manzueta tuvo una destacada participación en la Independencia Nacional. Desde su región natal, apoyó activamente a los trinitarios, sumándose a la causa liderada por Juan Pablo Duarte. Como amigo y aliado de Pedro Santana, se incorporó a las filas militares bajo su mando, alcanzando el rango de Coronel de Milicias durante la Guerra de Independencia.
Vida personal y familia
Eusebio Manzueta contrajo matrimonio con Regina Benigna de la Rosa, con quien tuvo nueve hijos: Celedonio, Petronila, María Fundadora, Marcelino, Ángel María, Eusebio, María, Clemencia y Silvano Manzueta de la Rosa. Su familia fue un pilar en su vida, aunque su lucha por la libertad de la República Dominicana lo mantuvo en el frente de batalla gran parte de su existencia.
La anexión a España y el cambio de postura
En 1861, Manzueta apoyó inicialmente la anexión del país a España, promovida por su amigo Pedro Santana. Sin embargo, cuando se produjo el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, se unió al movimiento restaurador desde el Cantón de Yamasá, donde ejercía como jefe militar. Rechazó las ofertas de prebendas económicas y políticas ofrecidas por las autoridades coloniales españolas, demostrando su firme compromiso con la independencia nacional.
El historiador Euclides Gutiérrez Félix describe este acto como una muestra de valentía y lealtad: “Las autoridades españolas quedaron sorprendidas por su decisión, ya que tenían de él un concepto de respeto y alta estima por su seriedad. A pesar de los intentos de persuadirlo, Manzueta rechazó las ventajas ofrecidas con firmeza”.
Liderazgo militar en la Restauración
Durante la Guerra Restauradora, Manzueta lideró tropas desde Yamasá y posteriormente fue nombrado Jefe Supremo de la región Este en 1864 por el Gobierno Restaurador. Sus acciones militares fueron fundamentales para mantener bajo control estratégico la región que conectaba el sureste del país con el norte.
El capitán de infantería del ejército español, en sus memorias, resaltó la capacidad militar y el prestigio de Manzueta, afirmando que “este general, en quien Santana tenía gran confianza, no tardó mucho en volvernos la espalda y lideró a sus tropas con gran eficacia contra los intereses coloniales”.
Breve presidencia y últimos años
En 1865, tras la derrota del Gobierno de Pedro Antonio Pimentel, Eusebio Manzueta asumió provisionalmente la presidencia de la República por algunos días, de ese modo llego a ser el décimo presidente de la República Dominicana. Más tarde, apoyó el ascenso de José María Cabral a la presidencia. Durante este período, continuó luchando contra el Gobierno de los Seis Años de Buenaventura Báez (1868-1874), con quien mantuvo una férrea oposición.
El 12 de noviembre de 1873, el general Eusebio Manzueta y su hijo menor, Silvano Manzueta de la Rosa, fueron capturados y fusilados en Puerto Plata por órdenes de sus enemigos políticos, marcando el trágico final de un héroe nacional.
Legado y reconocimiento
En 1972, el Poder Ejecutivo emitió el decreto No. 2140 para trasladar los restos de Eusebio Manzueta al Panteón Nacional, aunque esta orden aún no se ha cumplido. Varias calles y Avenidas del país llevan su nombre, incluyendo una de las principales carreteras de su natal Yamasá. Su legado permanece vivo como símbolo de patriotismo y sacrificio por la soberanía de la República Dominicana.
Manzueta rechazó prebendas y cargos ofrecidos por el ejército español, demostrando una fidelidad inquebrantable a la causa restauradora. Sus acciones estratégicas en el Este del país y su liderazgo en momentos críticos de la historia dominicana lo consolidan como uno de los grandes héroes de la Guerra Restauradora.
Eusebio Manzueta en la memoria histórica
El general Eusebio Manzueta sigue siendo recordado por su valentía, integridad y compromiso con la independencia y la restauración de la República Dominicana. En palabras de un soldado español en 1864, “la lealtad de Manzueta a su patria fue un obstáculo insalvable para las tropas españolas”.
Este hombre valiente, que rechazó ofertas para regresar al bando colonial y lideró a sus tropas con honor, dejó un legado imborrable en la lucha por la libertad y la soberanía dominicana.
0 Comentarios